LECTURA DEL DIA: JOSUE 5:1-15
Cuando Israel estuvo en el desierto, fue alimentado por Dios de manera milagrosa. Dios hacia descender del cielo un alimento llamado mana.
Ellos en el desierto no podían sembrar, no podían cultivar, no había las condiciones ni el tiempo, Dependían de Dios para sustentarse.
El mana fue provisto seis días a la semana durante cuarenta años, pero al llegar a la tierra prometida y comer los primeros frutos de esa tierra tuvieron una transición en su existencia como nación: Josué 5:11-12 dice: Justo al día siguiente, empezaron a comer pan sin levadura y grano tostado, cosechado de la tierra. El mana dejo de caer el día que empezaron a comer de las cosechas de la tierra y nunca más se vio. Así que, desde ese momento, los israelitas comieron de las cosechas de Canaán.
La promesa de Dios empezaba a ser una realidad, ellos habían llegado a la tierra prometida, pero se marca una transición poderosa.
Es el mismo Dios, pero las cosas cambiaron. La manera de obtener la provisión implicaba ahora de esfuerzo de sembrar, labrar y cultivar; la tierra era buena, las condiciones eran las mejores, pero ahora implicaba madurez y responsabilidad de parte del pueblo de Dios.
Hay momentos de transición donde el milagro no vendrá como esperas, vendrá del esfuerzo de tus manos, vendrá de cumplir tus responsabilidades. Veras la provisión de Dios en lo que emprendas, pero necesitas madurez y responsabilidad.
Dios sigue dando la bendición, pero no en forma de mana cayendo del cielo, sino en el esfuerzo de tus manos. Debes madurar en tu fe y no esperar que las cosas caigan del cielo, debes esforzarte, trabajar, ser perseverante, consistente y aplicar la ley de la siempre y la cosecha. Siempre las mejores semillas que tengas, se paciente en esperar el fruto y veras la provisión, prosperidad y respuestas de Dios en tu vida.
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