LECTURA DEL DIA: JOSUE 2:1-14
(Lunes 24 Febrero 2020)
Cuando vemos a Dios obrar debemos reconocer su poder, su
amor y su misericordia. Una mujer llamada Rahab que era prostituta, era parte
de uno de los pueblos que serían conquistados por Israel, ayudo a dos espías
que fueron a reconocer la tierra de Jericó.
Antes de que ellos se fueran.
Ella hablo con las
siguientes palabras que encontramos en Josué: 2:9-13.
Sé que el señor les ha dado esta tierra. Todos tenemos miedo
de ustedes. Cada habitante de esta tierra vive aterrorizado.
Pues hemos oído como el señor les abrió un camino en seco
para que atravesaran el mar Rojo cuando salieron de Egipto. Y sabemos lo que
les hicieron a Sehón y a Og, los dos reyes amorreos al oriente del rio Jordán,
cuyos pueblos ustedes destruyeron por completo.
¡No es extraño que nuestro corazón este lleno de temor! A
nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el señor
su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos y abajo, en la tierra.
Ahora júrenme por el señor que serán bondadosos conmigo y
con mi familia ya que les di mi ayuda. Denme una garantía de que, cuando Jericó
sea conquistada, salvaran mi vida y también la de mi padre y mi madre, mis hermanos
y hermanas y sus familias.
Esta mujer se había dado cuenta de que Dios no era solo un
mito o una creencia, sino que era real, sus obras afirmaban su existencias,
confirmaban su poder; ella reconoció que Dios era el que gobernaba sobre todo,
pero su actitud no fue huir de ese Dios, Sino todo lo contrario, puso su fe en él,
su plática con los espías lo revela.
Ella tuvo la fe para creer que ese mismo Dios poderoso,
fuerte la que nadie le podía hacer frente, podía ser un Dios bondadoso y
misericordioso.
Este día tomemos el tiempo para reconocer el poder de Dios,
pero también su misericordia, su bondad, su gracia y su amor, acerquémonos a él
confiadamente, él nos ama, nos perdona, nos restaura y nos levanta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario